En los años recientes la conducción en carretera se ha facilitado por diversos factores entre los que se incluyen la mejora de las propias vías y, sobre todo, el desarrollo de los vehículos. No solo son más espaciosos, fuertes y evolucionados que nunca sino también avanzados en materia de seguridad gracias al avance en los sistemas avanzados de ayuda a la conducción, también conocidos como ADAS. Ahora bien, es importante saber utilizarlos de la manera correcta y se están detectando al menos siete errores muy comunes que pueden ser peligrosos en carretera.
Existen unos vicios que a menudo salen del desconocimiento de los ADAS, su alcance o sus propias limitaciones: hay que recordar en todo momento que se trata de ayudas a la conducción y que aún estamos a (al menos) unos años de la conducción autónoma. Por tanto la responsabilidad máxima recae sobre el conductor, que ha de mantener tanto las manos en el volante y los pies en el pedalier como la cabeza en la conducción y la vista puesta en la carretera.
Estos vicios están relacionados con los siguientes sistemas ADAS:
- Frenado autónomo de emergencia. Dado que el coche va a avisar y luego frenar por su propia cuenta en caso de que haya riesgo de colisión, se guarda menos la distancia de seguridad con respecto al coche precedente en tráfico denso y presta menos la atención, ya sea con la radio o con el móvil. Se cree que el 40% de los conductores desconoce la diferencia entre sistema de advertencia de colisión delantera y el frenado automático de emergencia – uno solo alerta del peligro mientras que el otro activa el módulo de frenos.
- Frenado autónomo de emergencia con detección de peatones. De un modo similar al anterior, se presupone que el coche va a frenar solo en cuanto detecte peatones en zonas urbanas para evitar el atropello. El error está en confiarse que el coche realizará la tarea siempre de manera automática y relajar la atención más de la cuenta.
- Sistema de mantenimiento de carril. Dado que el coche es capaz de mantenerse en el carril al detectar las líneas blancas, existe el riesgo de que el conductor tenga exceso de confianza y conduzca distraído o con somnolencia.
Muchos de ellos, por guiarse solo por la tecnología
- Alerta de tráfico cruzado. Este sistema avisa en caso de que vengan coches tanto en perpendicular como desde la parte trasera, complementándose con la vista del propio conductor. Por tanto, sería un gran error y riesgo si este realiza la maniobra ‘a ciegas’ sin comprobar si hay otros coches cerca y confiando solo en las alertas del sistema.
- Control de crucero adaptativo. El coche es capaz de seguir y mantener la velocidad y la distancia con respecto al vehículo de delante, capaz de frenar y acelerar solo. Aún así no se debe desatender las tareas o distraerse ya que cualquier variación de la vía o el trayecto debe ser manejada por el conductor.
- Avisador de ángulo muerto: El error que se puede cometer es tan simple como mirar menos por los espejos retrovisores, confiando en que sea el sistema el que nos indique si hay algún coche a nuestra izquierda o nuestra derecha sin mirar con nuestros propios ojos.
- Sensor de aparcamiento. De un modo similar, el error está en guiarse solo por las indicaciones (pitidos en este caso) del sistema sin mirar a la hora de estacionar el vehículo. Algunos sistemas incorporan además una cámara por la cual es preciso comprobar cada uno de los movimientos para completar la maniobra sin problemas.
¿Y si pasamos a un coche sin ADAS?
Existe la posibilidad de que estemos acostumbrados a llevar un coche que incorpore una serie de sistemas ADAS y nuestra cabeza y conducción se habitúen a ellos…pero también la de que toque, por la situación que sea, cambiar a un modelo más antiguo que no lleve los mismos ADAS o apenas lleve (si es un coche clásico por ejemplo). Por ello, el conductor ha de estar siempre pendiente y en todo control de la situación cuando esté al volante ya sea en zona urbana o en carretera.
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