En los dos artículos anteriores (Parte I y Parte II) hemos podido ver como funcionan algunos de los sistemas de ayuda y asistencia a la conducción, conocidos como ADAS. Tras ver la mayoría de los tipos en los textos anteriores, en este terminaremos la lista con los ADAS de asistencia al aparcamiento y los de visión e iluminación.
Asistencia al aparcamiento
- Aparcamiento asistido. El sistema toma el control de la dirección del vehículo, siendo capaz de aparcar el coche ya sea en paralelo o en perpendicular. Las versiones más avanzadas, vistas ya desde hace años, pueden utilizar tanto el acelerador como el freno con sus módulos correspondientes y, si el coche lleva cambio automático, también la caja de cambios.
- Asistencia de maniobra con remolque. En caso de llevar remolque interviene en la dirección para regular el ángulo de las ruedas delanteras en maniobras marcha atrás para facilitar el control con el mismo colgando detrás del coche.
- Aparcamiento por control remoto. Uno de los más recientes, es capaz de controlar de manera automática el acelerador, los frenos, la dirección y la caja de cambios sin que el conductor esté dentro del vehículo.
- Cámara trasera de ayuda al aparcamiento. En la consola central se activa la cámara trasera cuando se engrana la marcha atrás, de modo que el conductor pueda ver si hay obstáculos y a qué distancia están. En algunos casos suele contar con alarmas que indican la proximidad a la que están dichos obstáculos, pitando de manera más intensa si están más cerca.
- Cámaras de visión periférica. Conocido también como cámara 360º, utiliza cámaras colocadas alrededor del vehículo de modo que se combinan para formar una imagen a vista de pájaro para ver con mayor claridad el entorno y maniobrar con mayor facilidad.
Visión e iluminación:
- Luz de carretera automática. Cambia de manera automática entre luces cortas y largas en función de la iluminación, entorno y el tráfico para no deslumbrar a otros conductores, vengan en sentido contrario o vayan en el mismo.
- Iluminación en curva. Las luces de los pilotos delanteros siguen la dirección de las ruedas delanteras, de modo que en curvas que puedan ser más ciegas se ilumina el camino antes.
- Iluminación adaptativa. De manera automática ajusta el haz de luz tanto en anchura, longitud e intensidad en función del tipo de vía por la que circule el vehículo así como el tráfico en la vía. De este modo se ilumina la carretera con la mayor claridad posible pero en ningún caso deslumbrando a otros conductores con el riesgo consecuente.
- Head-up Display. Proyecta imágenes con datos relevantes del vehículo y del estado de la marcha de modo que el conductor pueda conocer información importante sin tener que apartar la vista de la carretera. Este HUD puede proyectarse en una pequeña pantalla de policarbonato por encima del salpicadero o incluso en el parabrisas, el cual tomaría un papel más importante en años venideros sobre todo con los avances en conducción autónoma.
- Visión nocturna. Gracias a la tecnología de rayos infrarrojos, capta imágenes que al ojo humano le costaría ver y las refleja en blanco y negro sobre la pantalla de la consola central.
- Lector de señales. Con una cámara que procesa las imágenes de la carretera, puede reconocer distintas señales de tráfico, pudiendo proyectarlas en la pantalla de la consola central en caso de que el conductor no haya visto la señal. Trabaja en conjunto con otros sistemas ADAS como el limitador de velocidad adaptativo o el control de crucero adaptativo.
El conductor, responsable en todo momento
Esta es la lista de los ADAS que podemos encontrar en los modelos actuales que pueblan nuestros concesionarios y cada vez más en nuestras carreteras conforme se actualiza el parque automovilístico en España. La combinación de todas ellas supone un avance hasta el nivel 2 o el nivel 3 de conducción autónoma, según que casos. Es decir, en este momento algunas de las competencias del conductor pueden ser llevadas a cabo por los sistemas ADAS, pero aún así es la persona la que ha de llevar en todo momento las manos en el volante.
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(Parte III)
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