En la actualidad existen dos maneras destacadas y extendidas de un alquiler de coches, presentes ya desde hace varias décadas. Hablamos del renting y del leasing. Las dos tienen dos cosas obvias en común: con ellas, podemos alquilar un coche durante un tiempo determinado y ambas con un pago previo. Es decir, como el alquiler de otros productos, quizás con un número determinado de kilómetros según el caso. Pero existen diferencias que inclinan a decantarse por uno y por otro.

Son, en definitiva, dos conceptos diferentes en los que se establecen diferentes pautas tanto por parte del arrendador, el arrendatario y el propio vehículo. Las dos opciones, en términos generales, suelen tener precios similares después de un plazo determinado de tiempo. En los últimos cuatro años ha sido el renting el que ha despegado con más fuerza, pasando de 55.586 a 191.696 clientes en España. El parque de renting en España es de unos 734.560 vehículos.

Leasing

El leasing es un contrato de arrendamiento con la característica principal de tener opción a compra, como ocurre también en el sector de inmobiliarias. A través de una cuota mensual, como una financiación, al final de la cuota se ofrece la posibilidad de adquirir el coche. También es posible devolverlo o cambiarlo por otro modelo según los intereses del usuario. La gran condición del leasing es que requiere firmar un contrato de dos años como mínimo, por lo que se trata de un compromiso importante.

El precio del leasing incluye el coste de amortización del coche, el de financiación y los intereses a pagar o el IVA correspondiente. Es habitual, aunque no siempre se da, el caso de que se pida una cuota de entrada, así como una cuota final para acceder a la compra. No se incluye en el coste del leasing el mantenimiento del mismo, ni tampoco las averías, los impuestos o los seguros. Es por ello que la cuota mensual del leasing suele ser siempre menor que la del renting. Como un coche propio, es tarea del arrendatario llevarlo al taller, pasar la ITV o pagar el seguro cuando sea pertinente.

En el contrato se suele establecer el número de kilómetros máximo que puede hacerse con un coche en leasing. Suele estar entre los 10.000 y los 20.000 kilómetros anuales, cantidades habituales en un año natural. En el leasing, el propietario del coche sigue siendo la empresa que financia el coche. Ahora bien, el titular pasa a ser el arrendatario, que después tendrá la posibilidad de compra. En ambos casos se permite que las cuotas mensuales puedan ser deducciones fiscales, pero en el caso del leasing permite además el coche como activo de la empresa. Asimismo, la deuda pendiente en el contrato se consideraría como pasivo.

Renting

Un renting es un contrato de alquiler que se establece en un periodo determinado de tiempo, normalmente entre uno a cinco años. Aquí se incluye todo el mantenimiento que necesita el vehículo. Esto incluye los costes de matriculaciones, los del seguro, las revisiones y reparaciones si se diera el caso. También se incluyen las tasas y trámites de pasar la ITV.

En este caso se paga una cuota fija que depende del precio del coche en el mercado, así como de los servicios que se van a prestar y de la duración del contrato de renting. Esta cuota es fija salvo excepciones, como puede ser en caso de accidente. Al contrario que en el leasing, aquí no se pide una cuota de entrada sino que desde la primera cuota pagada ya se puede conducir el coche. Ahora bien, una de las principales desventajas es que es solo contrato de alquiler, sin opción a compra. Esto nos lleva a que tendríamos menos ventajas fiscales – el coche nunca sería un activo de la empresa.

De manera similar al leasing, en el contrato se indican el número de kilómetros máximo que se puede hacer en un año, que varía entre 10.000 y 20.000. En caso de que se supere el número pactado, tendrá que pagar un extra. Si ocurre lo contrario, que no se llegue al número de kilómetros, la empresa abonará una diferencia acorde a la resta de la cantidad contratada.

El arrendador sería en todo momento tanto el propietario del coche como el titular del mismo, nunca el arrendatario. Esa es otra diferencia importante frente al leasing, donde el arrendatario si sería el titular del coche. Por otro lado, ofrece la ventaja de desentenderse del mantenimiento: el arrendatario en este caso solo ha de ponerle gasolina y poco más.

Más apuntes

Es cierto que el renting se ideó en principio con profesionales y empresas en mente sobre todo. No obstante, los números ofrecidos al principio del artículo, según la Asociación Española de Renting de Vehículos (AER), reflejan que cada vez son más los particulares que acuden a la opción del renting. En general es más cómodo y exige un compromiso menor, aunque luego no haya derecho a compra y quizás sea algo más caro en comparación. Pero la posibilidad de poder cambiar de coche más a menudo y sin asumir todos los costes de ello es también atractivo para muchos clientes en España.

El leasing resulta más barato que el renting solo en caso de que, terminado el contrato, el arrendatario decida no quedarse con el coche. En ese caso, la financiación tradicional sería un poco más rentable, siendo una diferencia de entre a un 5% a un 7% del precio completo. Por tanto, si cuando venza el contrato el arrendatario prefiere optar por otro modelo en lugar de comprarlo, el leasing es una opción atractiva.

La popularidad del renting en los últimos años ha llevado a que no solo haya empresas dedicadas al renting, sino que sean las propias marcas y fabricantes las que tengan su propia opción de renting ‘dentro de la casa’. Es decir, su propio servicio de renting oficial. Todas o casi todas las marcas ofrecen esa posibilidad en nuestro país a través de sus respectivas redes de concesionarios. En la actualidad es más fácil encontrar ofertas de renting que de leasing en España.