En muchas ocasiones, cuando salimos de viaje, utilizamos dispositivos GPS, siendo los más especializados los navegadores por satélite. Se conectan al coche, se instalan y hacen que la ruta sea más fácil de seguir. Pero es justo la instalación la que puede traer problemas si se hace de forma indebida. Y una que acarrea mucho peligro es hacerlo en el centro del parabrisas por cuestiones de seguridad.
Varios expertos en seguridad vial en GEM Motoring Assist, centrados sobre todo en Reino Unido, coinciden en el peligro potencial de un navegador mal situado. Esto se debe a que el propio navegador puede obstruir la visión del conductor más de lo que se pueda pensar en principio. De hecho, según el país y como se coloque, puede llegar a estar en una posición ilegal y ser motivo de multa o sanción.
Posiciones peligrosas
Según los expertos, la peor posición posible es justo debajo del espejo retrovisor. Las dimensiones estándar del navegador suelen ser de unos 17 centímetros de ancho por unos 10,48 de alto, un objeto opaco con dimensiones considerables. No solo supone un peligro que obstaculice la visión del conductor de manera constante, sino que puede ser perjudicial al bolsillo. Es decir, que los conductores reciban multas graves porque, por no ver alguna circunstancia de su entorno, lleven a cabo alguna maniobra peligrosa.
De hecho, con la colocación del navegador en el parabrisas se pierde un ángulo de visión mucho mayor del que se puede pensar en principio. Este mensaje se hace más importante en los meses de verano cuando tanto en España como en otros países muchas familias salen de viaje por vacaciones. Por tanto se realizan miles de desplazamientos en masa, igual en España que en otros países del mundo.
A través del parabrisas nos llega el 90 por ciento de la información que recibimos de nuestro entorno a la hora de conducir. El estado del tráfico, de la vía, si hay o no obstáculos, peatones u otros coches o situaciones peligrosas. Por tanto, bloquear parte de nuestro campo de visión con los navegadores, que suelen venir por separado con el coche, es reducir dicha información.
Declaraciones
“Los dispositivos de navegación por satélite son geniales para reducir mucho estrés en la conducción y mostrarte el camino en viajes que no sean familiares. Pero si en ese proceso se obstaculiza buena parte del campo de visión, entonces se está tomando un riesgo además de incumplir la ley. Una pantalla de navegador típica mide cerca de 17 centímetros de ancho por 10,48 de alto. Tiene el potencial de causar restricciones importantes al campo de visión del conductor, especialmente si se monta en el centro del parabrisas bajo el espejo retrovisor”, afirmó Neil Worth, jefe ejecutivo de GEM Motoring Assist.
“Un dispositivo con una pequeña pantalla puede parecer una pequeña obstrucción desde dentro del coche. Sin embargo tiene el potencial de esconder un área mucho mayor fuera del coche, dependiendo de donde uno se siente y la distancia con respecto al dispositivo. Colocar un navegador justo en el centro del parabrisas bloqueará la mayoría de la visión lateral y significa que no verás todos los peligros que pueda haber ahí. Es particularmente peligroso en curvas a la derecha, cruces e intersecciones así como cualquier lugar donde se comparta la carretera con ciclistas y peatones”, añadió Worth. Cabe destacar que en su caso sería curvas a la izquierda, teniendo en cuenta la diferencia de conducir en un lado o en otro. En Reino Unido, donde opera GEM Motoring Assist, el volante está a la derecha mientras que en el resto de Europa está a la izquierda.
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