A la hora de tasar un vehículo las aseguradoras necesitan conocer todos y cada uno de los detalles del coche. Más allá de parámetros clásicos como el tipo de vehículo, carrocería y color de la misma, potencia fiscal, tipo de motor o el índice de accidentes que se hayan registrado con el modelo concreto implicado. En los modelos actuales a todo ello hay que añadirle todos los elementos de seguridad – sobre todo los de seguridad activa – que incorporan de serie. Es decir, los ADAS o sistemas de ayuda a la conducción.
Cada marca, grupo o conglomerado cuenta con sus propios sistemas, sensores, centralitas, cámaras y módulos que se interconectan entre ellos para dar lugar a sus ADAS, cada uno con su propio funcionamiento, sus características (similares entre ellos, pero con diferencias tanto en su función como en la presentación) o sus denominaciones. Esto – las diferentes denominaciones para sistemas de seguridad con funcionamientos similares – produce una cierta confusión para las aseguradoras a la hora de conocer el efecto que tienen cada uno de los ADAS sobre el coche, su función o como se activan y desactivan.
Lo habitual es encontrar una serie de ADAS comunes de serie en cada uno de los segmentos de los que se compone en el mercado, de modo que muchos coches de un segmento determinado, como puede ser el de coches urbanos, compactos o utilitarios (segmentos A, B y C) cuenten con similares características de seguridad. Esta situación se da de modo que se igualan, por un mecanismo u otro, las diferentes ofertas en el mercado de automóviles.
La información del vehículo que necesitan las aseguradoras se dividen en tres tipos diferentes:
- Datos de fabricación del vehículo. Las especificaciones de serie del coche, tales como chasis, motor (número de cilindros o cilindrada, por ejemplo), potencia fiscal, color de la carrocería… la información del coche tal como viene de serie.
- Datos del historial del vehículo. Todo aquello que le haya pasado al coche desde que sale de la cadena de montaje, como pueden ser desperfectos o accidentes, piezas sustituidas por cualquier motivo… en definitiva, cualquier modificación con respecto a su estado de serie.
- Datos del automóvil conectado. Estos dan información acerca de lo que está sucediendo con nuestro coche en tiempo real.
¿Cómo organizar la denominación de los ADAS?
Füture se ha preocupado por esta cuestión y ha ideado una matriz en la cual se agrupan los ADAS de diferentes marcas y fabricantes para establecer cual hace que y clasificarlos según sus funciones. Esto va más allá de las clasificaciones simples como activo o pasivo, alerta o asistencia. En esta matriz se agrupan hasta 58 funciones ADAS diferentes, actualizándose a medida que van apareciendo nuevos sistemas.
Gracias a esto no solo se puede saber cuales son los nombres que cada marca le da a su sistema ADAS que realice una función determinada, algo que puede variar con el paso de los años incluso dentro de un mismo fabricante. También permite ver si un ADAS no está instalado en un coche asegurado por ser un elemento opcional que no ha escogido el propietario o se trata de algo no disponible para ese modelo
En Estados Unidos
Más de la mitad de las aseguradoras en Estados Unidos tiene en mente los sistemas ADAS a la hora de tasar los coches, pero no lo utilizan para la tarificación. En lugar de detenerse a entender su funcionamiento, otro 20% de las aseguradoras solo ofrecen descuento para las ADAS.
0 comentarios