No es ningún secreto que los actuales sistemas ADAS que vemos en nuestros coches son un paso intermedio, no definitivo. Los sensores, cámaras, radares y demás que se instalan en recovecos y esquinas de nuestros vehículos, incluso nuestros parabrisas, tienen un futuro aún mayor. Los sistemas ADAS están llamados a combinarse y evolucionar para que, en un futuro, sea posible la conducción autónoma. Un futuro muy diferente, con coches conectados entre sí, donde los conductores serán más bien monitores de sus máquinas. Un futuro para el que los expertos ya están tratando de anticiparse, pues la preparación de la población será clave para este salto. Es en efecto una evolución, más que una revolución.
Muchas de estas claves se dieron en las V Jornada de Tecnología y Seguridad Vial, organizada por FESVIAL y Carglass® España. En ella estuvieron presentes Pere Navarro (Director General de Tráfico), Neil Rogers (Director General de Carglass España), María José Rallo (Secretaria General de Transportes y Movilidad en el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana) y Luis Montoro (Presidente de Honor de FESVIAL), mientras que Bryan Reimer (Científico investigador del Instituto de Tecnología de Massachusetts MIT y miembro del Advanced Vehicle Technology Consortium), Juan Luis De Miguel (Director de Investigación en Centro Zaragoza de investigación de vehículos), Manuel Orovio (Director de Autastec) y Eduardo Vicent Clemente (Sociólogo), participaron como ponentes. Para orquestar esta jornada pudieron contar con la periodista Marta Solano como presentadora y conductora.
Las ponencias giraron en torno a los sistemas ADAS, la conducción autónoma y la evolución de la inteligencia artificial. El título fue ‘Viajando con robots, los retos de la conducción autónoma’. En este futuro, el conductor ha de comprender con todo detalle la conducción autónoma para no hacer un uso incorrecto y peligroso de la misma.
Rogers, Navarro y el mantenimiento de los sistemas ADAS
Neil Rogers, Director General de Carglass, realizó la apertura del evento. “Los avances en seguridad han conseguido salvar millones de vidas. Con la conducción automatizada podremos alcanzar la última meta: una sociedad en la que los accidentes de tráfico y sus trágicas consecuencias formen parte del pasado. Por el camino, el hombre y la máquina están aprendiendo a interactuar juntos con los sistemas ADAS. Y los cristales del automóvil y Carglass tienen mucho que decir en esta apasionante historia, porque es de vital importancia que estos sistemas sigan funcionando con precisión a lo largo de toda la vida útil del vehículo, porque el conductor confía en ellos y espera su respuesta. Carglass realiza el recalibrado de esas cámaras con instrumentos de alta precisión y técnicos especialistas formados en la materia.
Y nos hemos preocupado en investigar qué sucede cuando estas cámaras no se recalibran, o cuando se realiza una recalibración defectuosa. Por otro lado, los cristales del automóvil también tendrán un papel protagonista en el futuro. A medida que se vaya implantando la conducción automatizada, la atención del conductor y de los ocupantes de un coche no tendrá que estar centrada en la carretera y estará disponible para otras cosas. El automóvil se convertirá en un ecosistema de atención, donde el parabrisas será la gran pantalla en la que veremos nuestros programas, series, películas o eventos favoritos”.
Pere Navarro destacó la importancia de estas jornadas, porque “hace falta parar y reflexionar, para contrastar los valores sobre los que dibujar el futuro. El desarrollo de los sistemas ADAS hará que cada vez habrá menos interacción por parte del conductor”.
María José Rallo
“Estamos convencidos de las posibilidades que ofrece la conducción autónoma y conectada, y de que España desarrolle todo su potencial en este campo. Necesitamos de la participación de toda la administración, del sector privado y del académico. Queremos que España sea el campo de pruebas para la conducción autónoma y crear un ecosistema productivo creador de sinergias. España fue el país de Europa con una regulación específica para pruebas en carretera abierta de coches autónomos, tenemos una red viaria de altísima calidad, una meteorología favorable, una actitud abierta de administraciones y un alto nivel de aceptación social”.
Para ello, la Secretaria General de Transportes y Movilidad propone una “visión holística por parte de las administraciones. El papel de la administración no solo es ser el regulador, sino también y facilitador y dinamizador, tenemos que adelantarnos a los retos tecnológicos y sociales”.
En el campo de la conducción autónoma y el coche conectado, ve necesario trabajar en “facilitar la aceptación por parte de la sociedad de estas tecnologías, y en España no vamos mal en eso. También hay que garantizar los derechos de los usuarios en materias como la accesibilidad a esta tecnología, el respeto de la privacidad y la ciberseguridad. También falta por resolver cuestiones técnicas y también las relacionadas con las aseguradoras y la responsabilidad en caso de accidentes. Por último, hay que garantizar una transición justa para empresas y trabajadores afectados hacia nuevos modelos de movilidad, y todo ello, sin olvidar la sostenibilidad. Esta tecnología ofrece un enorme el potencial para la competitividad de la industria española y del tejido tecnológico empresarial de fabricación de automóviles componentes, de movilidad y de transporte”.
Juan Luis de Miguel y Manuel Orovio
Juan Luis de Miguel habló del aumento del coste de las reparaciones por el coste de los sensores que llevan los vehículos actuales; también de la reducción de la siniestralidad. “En Estados Unidos se detectan prometedores resultados con datos reales. Un 50% menos de colisiones por alcance por el sistema de frenado de emergencia duplica la eficacia del sistema que solo alerta; y de un 14% de choques laterales al cambiar de carril por el detector de ángulo muerto”.
También destacó que “podría haber un recálculo de las primas del seguro, por esta reducción de siniestralidad y aumento de costes de reparación”. Y cómo afectará la automatización a la determinación de responsabilidades. “El usuario seguirá cubierto por un seguro, pero cambiará la relación del asegurado con la aseguradora. Para determinar la responsabilidad en un accidente, se recabarán datos del vehículo para determinar qué nivel de automatización tenía el coche en ese momento, qué tareas tenían el conductor y el coche, si hubo alertas o avisos…”.
Orovio, por su parte, destacó lo siguiente: “un coche autónomo ha de actuar de forma objetiva. Si no puede evitar siniestro, ha de lograr que sea lo menos lesivo posible, teniendo en cuenta muchos parámetros que no sean emocionales. Por ejemplo, se está consultando a miles de personas sobre qué harían en determinadas situaciones, para construir un banco de opiniones”.
0 comentarios