El Aeroscreen, parabrisas que sale intacto de accidentes a más de 350 kilómetros por hora

MundoLuna.es

5 septiembre 2020

El pasado 23 de agosto tuvo lugar una de las grandes carreras del mundo del automovilismo: las 500 Millas de Indianápolis. 33 pilotos con sus monoplazas salieron a ganar la mítica carrera, una de las que componen la ‘Triple Corona’ junto con el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1 y las 24 Horas de Le Mans. Esta era la primera ocasión en la cual los monoplazas de IndyCar portaban el Aeroscreen, un parabrisas de policarbonato balístico. Y los resultados fueron más que satisfactorios en lo que concierne a la seguridad.

Es habitual en la prueba que, durante las 200 vueltas, se produzca algún accidente ya que los pilotos van al absoluto límite, incluso cuando llevan estrategias de ahorro de combustible. Además, en el caso de que las ruedas empiecen a patinar, en un óvalo hay muy poco margen de error. Más aún si se tiene en cuenta que marchan a una velocidad de entre 350 y 370 kilómetros por hora.

Accidente lateral, el más peligroso para un monoplaza

El accidente que más puso en relieve la seguridad del Aeroscreen se produjo a tan solo cinco vueltas del final. Spencer Pigot marchaba en las últimas posiciones cuando perdió el control en la última curva, chocando contra el muro antes de rebotar contra el muro de boxes de costado. Esta situación es muy peligrosa ya que un monoplaza habitual no tiene casi nada que proteja a un piloto en un impacto de este tipo. La fuerza fue tal que el muro se desplazó varios centímetros mientras el coche de Pigot se quedaba a un lado de la pista.

La acción en pista se detuvo, saliendo el Pace Car en las vueltas restantes hasta el final de la carrera. Pero lo más interesante era ver que el Aeroscreen, pensado para detener cualquier peligro para los pilotos, salió intacto del golpe. El nivel de seguridad demostró ser casi como si de un caza se tratara, cubriendo la cabeza del piloto así como los sistemas de sujeción. Pese a que estaba algo aturdido del golpe, Pigot logró salir por su propio pie del monoplaza. Aunque visitó el centro médico como indica el protocolo ante este tipo de accidentes, salió sano y salvo de un golpe de tal magnitud.

Aeroscreen, capaz también de albergar cámaras

Un parabrisas actual como el que podemos encontrar en los coches de calle alberga cámaras frontales y sensores. Estos se utilizan para los sistemas de seguridad ADAS, ayudas a la conducción que facilitan la tarea al volante. Tener estos sistemas instalados es una de las funciones que cumple en la actualidad un parabrisas, además de las clásicas como proteger a los ocupantes o servir como elemento estructural.

En el caso de los coches de competición no llevan ningún tipo de ayudas dado que están pensados para correr y para pilotos profesionales. En cambio, en el Aeroscreen se instalaba una cámara de a bordo para ver al piloto en acción durante la carrera. Desde casa era posible ver de cerca cómo pilotaban las estrellas de IndyCar, así como los españoles Alex Palou y Fernando Alonso.

Tras el accidente de Pigot, el japonés Takuma Sato se impuso por delante de Scott Dixon quien lideró buena parte de la carrera. Una tónica que se argumentó fue que el Aeroscreen variaba el flujo aerodinámico con respecto a 2019 y era más difícil acercarse al coche precedente para adelantar. También el peso extra y el centro de gravedad más elevado repercute a la hora de reglar los monoplazas. Ahora bien, los pilotos reconocieron casi por unanimidad el gran salto conseguido en materia de seguridad. Además, apenas les resta visibilidad y no han tenido ningún problema en adaptarse en ese sentido.

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