Muchos coches que encontramos en el mercado actual incorporan un techo solar. Un techo de cristal que añade una gran luminosidad al permitir que entre desde arriba la luz del sol. Además de luminosidad, aporta una sensación de mayor amplitud. Desde coches del segmento Premium a vehículos más generalistas incorporan desde hace años techos solares o elementos similares. Ahora bien, ¿pueden llegar a fallar sin motivo aparente?

En Estados Unidos, varios modelos de la casa Ford han dado problemas con sus techos solares, aunque han sido unidades concretas en casos muy específicos. Entre los modelos afectados están los Edge, Focus, Fusion, Explorer, Flex, F-150, Mustang, Escape, Transit Connect o C-Max. Muchos de ellos no se venden en terreno europeo y además en varios casos, como el Mustang o el Focus, han sido renovados por versiones más modernas. También se vieron afectados los Lincoln MKX, MKS, MKZ y MKT y los Mercury Milan y Montego, ninguno de ellos presentes en el mercado europeo.

De hecho, incluso se han abierto procedimientos judiciales contra la casa del óvalo al verse perjudicados varios clientes en años anteriores. La justicia le dio la razón a Ford tras estudiar el caso en conjunto. Aunque existe la posibilidad de que se conocía esa posibilidad de defecto, no se especificó ninguno de los modelos de Ford en particular así como ningún año de producción en concreto. Es decir, si era una tirada de unidades en concreto o no.

Además, tampoco han sido un número elevado de casos. Ford afirmó que, según sus cálculos, la probabilidad de que estalle un techo solar es extremadamente baja. En concreto de un 0,05%, es decir, un techo solar de cara 2.000 vehículos producidos en serie.