¿Cómo se transmite el calor en los cristales?

MundoLuna.es

10 diciembre 2021

Los parabrisas son elementos muy importantes en lo que a protección de los ocupantes y seguridad se refiere, así como cristales y lunas. Su superficie sirve al mismo tiempo de protección contra los rayos del sol, de un modo similar a la polarización de las gafas de sol. En otros artículos de MundoLuna se ha detallado las otras funciones que desempeña un cristal. Estas funciones, conforme la tecnología de los vehículos crece y se desarrolla, también aumentan sobre todo debido a la implementación de sistemas ADAS y tecnología holográfica.

Ahora bien, ¿cómo se transmite el calor a través de los cristales de los coches? (Y de cristales en general). En los meses de verano nos son de mucha ayuda para no achicharrarnos durante un viaje largo. A este cometido ayudan también las láminas tintadas, aumentando la protección contra los rayos ultravioleta así como filtrando los rayos de modo que conseguimos un interior del vehículo más fresco.

Hay que recordar que tanto en verano como en invierno los cristales de nuestros coches sufren en especial por una serie de motivos. El principal son los cambios de temperatura, tanto muy altas como muy bajas. El punto de dilatación del parabrisas es diferente del de la carrocería, lo cual lleva a que el cristal tenga que soportar tensiones aún mayores.

Superficie homogénea

Los tres mecanismos de transmisión de calor se manifiestan en este caso: conducción, convección y radiación. La radiación llega con los rayos del sol, llega a través del cristal y este conduce la radiación electromagnética. Las moléculas se calientan y su vibración se transmite a las que estén frías, transmitiendo este calor por toda su superficie. Al existir una diferencia de temperatura se originan diferencias de densidad. El mismo viento transmite calor por la diferencia de temperatura, de modo que un fluido o gas se queda arriba y el más frío abajo.

De este modo, las condiciones ambientales varían según la época del año y la parte de la geografía en la que nos encontremos. Aún así, los fabricantes de cristales adoptan unas cifras a modo de referencia para poder calcular los coeficientes de cambio interior y exterior. Tanto en verano como en invierno el coeficiente de interior es de unos 7 Kcal/hora. En verano, el coeficiente de exterior es de 20 Kcal/hora mientras que en invierno este coeficiente asciende a 29 Kcal/hora. Estos coeficientes de interior y exterior no son sino la suma los coeficientes de transmisión por convección y los de transmisión por radiación.

Doble acristalamiento

En los casos de doble acristalamiento, donde existe una fina lámina de aire entre dos capas de cristal, la transmisión de calor es diferente. En estos casos se reduce la pérdida de calor y aumenta la temperatura de la cara interior de los cristales. De esta manera, se reduce el riesgo de condensación, un problema importante sobre todo en épocas frías y cuando el coche lleva un tiempo parado. En condiciones climatológicas similares, la diferencia entre una superficie simple y un doble acristalamiento puede llegar a ser de cerca de diez grados.

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