Murano es una isla muy pequeña en territorio italiano, apenas a una milla al norte de la archiconocida Venecia. En 1291, aún en plena Edad Media, se desplazaron hacia allí los hornos de cristal para protegerlos de los continuos incendios que se propagaban. El gobierno de entonces les pidió que viviesen allí, creando generaciones de expertos en la cristalería sin apenas contacto con el resto del mundo. Se crearon técnicas secretas así como formas extrañas y colores únicos, muy diferentes a la fabricación de cristal habitual. Este arte, que había quedado relegado al olvido, ha sido revivido en la actualidad.
Este cristal Murano se fue perdiendo con el tiempo a medida que Francia, Inglaterra y Alemania mejoraban su industria en todos los niveles. La invasión de Napoleón fue la que la relegó al olvido ya que Bonaparte cerró la mayoría de hornos, convirtiéndolos en panaderías o cristales normales. Desde la I Guerra Mundial se ha tratado de recuperar este tipo de cristal, denominado como cristal artístico. Varios expertos eran capaces de crear colores únicos, orbes translúcidos, colores volcánicos y otras maravillas. No obstante, conforme continuó el siglo XX este ‘revival’ se fue apagando, dejando solo un centenar de talleres en total. Los cristaleros fueron envejeciendo y las juventudes de la isla de 5.000 habitantes no estaban interesadas en el arte.
Redescubrimiento
En los últimos años un grupo de artistas ha redescubierto la modernidad de esta técnica italiana y se ha inspirado en ella para crear nuevas obras de arte. Utilizando una arena específica, una cantidad exacta de óxido de sodio, nitrato y otros minerales, se cambia la naturaleza del material. Para poder materializar estas obras, estos artistas se desplazan hasta Murano, ya que los artesanos del cristal a menudo no manejan las nuevas tecnologías.
Es decir, hay que estar de cuerpo presente para que las manos expertas hagan realidad lo que el artista tiene en su mente. En el mercado pueden verse todo tipo de obras artísticas que utilizan este tipo de cristal, a menudo objetos de lujo. Lo más interesante es la gran libertad que permite a la hora de diseño, tanto en la forma del cristal como sus colores y patrones.
¿Posible aplicación en el mundo del automóvil?
Como cualquier otra expresión de arte y más en lo que respecta al cristal, es posible aplicarla a muchos campos. Por supuesto, en el mundo del automóvil algo tan único y particular como el cristal Murano tendría fácil cabida, sobre todo en diseño de interiores. Utilizando sus formas y patrones tan únicos, sería posible crear una ambientación espectacular. Eso sí, sería una aplicación que sobre todo sería viable en coches Premium o de marcas de lujo.
Su función sería principalmente decorativa dada su naturaleza. En la actualidad, las pantallas tienen como usos principales el acceso a los diferentes sistemas de infoentretenimiento así como información de los sistemas ADAS. De hecho, la tendencia en los próximos años es ver modelos con cada vez mayor tecnología enfocada en este ámbito, el de la seguridad. Ahora bien, con los avances en tecnología sería posible replicar estas mismas formas si se trata de cristales que puedan modificar su opacidad.
0 comentarios