Llevamos varios años hablando de conducción autónoma, el gran paso que persiguen todos los fabricantes de cara al futuro. El hecho de que los coches se piloten solo cada vez se observa menos a largo plazo y más a medio con los avances realizados. Por supuesto, los sistemas de seguridad ADAS han sido una pieza clave, una especie de prólogo para toda la tecnología desarrollada para este fin.
Ahora bien, no tenemos que irnos a un futuro, aún utópico, en el cual los coches sean taxis autosuficientes como en algunas películas de ciencia ficción. De hecho, y ya desde hace algunos años, tenemos coches con conducción autónoma. Esta se desglosa y se entiende en la actualidad en diferentes niveles, que sirven como indicativo del avance tecnológico. Vamos a centrarnos en los niveles más relevantes para los coches que tenemos en las carreteras en la actualidad.
El SAE (Sociedad de Ingenieros de la Automoción) ha establecido un total de cinco niveles diferentes de conducción autónoma, reflejado en su catalogación. En primer lugar, el nivel 0 sería sin ninguna ayuda o ninguna autónoma, limitándose a proveer información al conductor. El nivel 1 sería con un mínimo de autonomía del coche, como control de crucero adaptativo o algo de apoyo. Por el contrario, el más alto sería el objetivo soñado: que el coche sea capaz de circular por su cuenta. Vistos cuáles son el paso base y el nivel final, es hora de ver los niveles relevantes en la actualidad. Es decir, los que podemos encontrar en nuestras carreteras. Estos son los niveles 2, 3 y 4.
Nivel 2
El nivel 2 de conducción autónoma lleva ya presente en nuestras carreteras desde hace varios años y con diferentes vertientes. En este nivel, el coche sigue necesitando la presencia, la atención y las manos del conductor. Es decir, este sigue siendo en todo momento el responsable de que la marcha se produzca sin incidentes. No obstante, a este le es posible delegar algunas de las funciones a los sistemas ADAS.
La clave está en que se trata de sistemas ADAS activos, que son capaces no solo de leer información sino de intervenir en diferentes módulos. Es decir, si detecta un peligro inminente delante, el sistema interviene en el módulo de freno y activa los frenos de emergencia. Lo mismo es capaz de hacer con el módulo de aceleración así como con el de dirección. El resultado es que tenemos coches capaces de frenar, acelerar, mantener una distancia constante con el vehículo precedente o mantenerse en el carril.
Desde hace ya un lustro esto está presente en coches de producción en serie, aunque en el caso del segmento Premium. Algunos modelos de Volkswagen son un claro ejemplo de ello. Mercedes-Benz, BMW, Cadillac o Tesla cuentan también con nivel 2 de autonomía en sus vehículos.
En definitiva, el nivel 2, al igual que los niveles 0 y 1, son más bien de apoyo al conductor. Este es el responsable de la marcha y los sistemas se encargan de ayudarle y tomar algunas de las tareas. Pero en ningún caso pueden llegar a funcionar por sí solos en este nivel 2. De hecho, aquí se incluye el famoso Autopilot de Tesla, puesto que es capaz de frenar, acelerar o girar por sí solo. Ahora bien, no se guía por sí solo en entornos urbanos y requiere que el conductor esté preparado.
Nivel 3
Según establece el SAE, a partir del nivel 3 sí que empezamos a hablar de verdad de conducción autónoma. Es decir, cuando se activan, es el coche el que está conduciendo y no el que se sitúa en el asiento del volante. Este es un paso intermedio en realidad entre conducción manual y conducción autónoma. Esto quiere decir que cuando el sistema lo solicite, el conductor ha de ponerse manos a la obra.
Esto es porque el sistema sigue teniendo algunas limitaciones y solo podrá realizar la conducción autónoma cuando se cumplan una serie de condiciones. Si no es el caso, el chófer ha de tomar el control hasta que la situación sea idónea para que lo haga el propio coche. Su función principal es el chófer en situaciones de atasco. Es decir, el coche es capaz de lidiar por si solo, a través del uso de sensores y cámaras, con retenciones en la carretera.
Los fabricantes mencionados en el nivel 2 están muy, muy cerca de lograr esta meta, pudiendo incorporarlo en sus modelos de producción en serie pronto. Ahora bien, quien sí ha conseguido esta hazaña en 2021 es Honda con la nueva iteración del Legend. El Legend 2021 sí cuenta con nivel 3 de conducción autónoma gracias a su Traffic Jam Pilot. Eso sí, de momento es un modelo que solo se vende en Japón.
El Legend utiliza mapas tridimensionales de alta definición, sistema de navegación por satélite y un sistema de 360 grados. Este está compuesto por dos cámaras situadas en el parabrisas, cinco radares y diversos sensores Lidar según el blog de Carglass. Aquí es donde se refleja la importancia del parabrisas para la evolución y el desarrollo de la conducción autónoma. Sólo funciona hasta 50 kilómetros por hora, siguiendo el reglamento de la ONU.
Nivel 4
Ya estamos más cerca del sueño robotizado. En el nivel 4, el conductor no tiene por que tomar las tareas de la conducción de manera habitual. Es el vehículo, a través de su inteligencia artificial, el que se encarga de todo. Tanto es así que en este nivel de conducción no es necesario que se instalen pedales o volante. Eso sí, sigue habiendo algunas limitaciones y situaciones donde no sea cien por cien autónomo según la SAE. Por tanto, lo habitual es que estos elementos de control básicos continúen presentes.
Ejemplo de ello son los taxis locales sin piloto. En los últimos años se han visto varias unidades de taxis autónomos circulando por ciudades americanas, como Phoenix. La responsable de esto es Waymo, con una flota autónoma operativa después de varios años de ensayos. Según datos de Waymo, los taxis autónomos se encargan de entre el 5 y el 10% de los trayectos en Phoenix.
En el futuro se espera que se normalice el nivel 5. El nivel máximo en el cual la conducción autónoma permanecería activa y funcional en todo momento. Según la SAE, en este caso los ocupantes no tendrían que tomar el control, pudiendo realizar cualquier otra clase de tareas.
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