El futuro y la evolución tecnológica en el campo de la automoción es cada vez más imponente, con grandes avances en poco tiempo. La electrónica, el uso de materiales en la actualidad y otros factores dan lugar a coches mucho más seguros, más cómodos y funcionales con respecto a los de antaño. De cara al futuro, Samsung ha mostrado su visión de cómo serán los habitáculos de los coches en el futuro. Y esta visión es cuanto menos impresionante, pensada para el momento en el que los coches sean autónomos o semiautónomos.
En una colaboración en conjunto con Harman, Samsung ha hecho realidad su visión, siendo el elemento más destacado un televisor QLED de 49 pulgadas. Este estaría situado entre el conductor y el parabrisas, con su enorme pantalla cubriendo todo el ancho del habitáculo para ofrecer imágenes a los ocupantes. La idea es que el coche esté en modo autónomo circulando en el trayecto y los ocupantes puedan ver series o películas con total tranquilidad. Eso sí, cuando el coche esté en marcha, la pantalla no cubrirá del todo el parabrisas de modo que se podrá seguir viendo. Se hace de este modo para que el conductor pueda reaccionar en caso de que aparezca algún peligro inesperado en el trayecto.
Harman y Samsung llevan años evolucionando su proyecto conjunto de habitáculo del futuro. Desde el diseño visto en el CES 2018 hasta este diseño se observa cómo la pantalla ocupa un lugar mucho mayor. A medida que la visión se torna más hacia la conducción autónoma, el coche deja de tener un habitáculo ‘al uso’. De hecho, es casi un salón de casa con ruedas y repleto de tecnología orientada al confort de los ocupantes.
Como en el salón de casa
Sería, en definitiva, como estar en el salón de casa a la vez que se está viajando, pudiendo hacer videollamadas o incluso streaming. Esto sería posible gracias a que contaría con conectividad 5G, la cual aún se está empezando a expandir en el territorio de la telefonía móvil. Incluso existe la posibilidad de que se pueda utilizar este televisor para jugar a videojuegos o realizar ediciones de vídeo dentro del coche.
Gracias a una serie de sensores, el habitáculo de Samsung podrá monitorizar también el estado del conductor, por ejemplo si tiene demasiada fatiga y necesita descansar. Midiendo el nivel de estrés será capaz de adecuar la luminosidad del interior del vehículo así como el nivel de música. Incluso podrá cambiar el aroma para adaptarse a las necesidades del mismo, siendo un servicio de wellness integrado dentro del coche. Los pasajeros de los asientos traseros también podrán controlar las funciones del coche a través de un control táctil situado en el centro.
Pero eso no es todo. El conductor tendrá, además del televisor gigante, una pequeña pantalla de 8,8 pulgadas. A través de él se podrá controlar la música, el vídeo o lo que se muestre en el televisor, además de funciones más ‘clásicas’ como el claxon del coche. Tampoco es un claxon al uso sino que emitiría un sonido más suave del habitual para reducir la contaminación acústica, algo avanzado en grandes ciudades.
Novedades en seguridad
Como era de esperar y más en esta era, la seguridad es un punto vital para los coches del futuro como es para los del presente. Y el habitáculo del futuro de Samsung cuenta con una gran cantidad de elementos de seguridad. No en vano, lo que se pretende es que sea un coche autónomo o semiautónomo, capaz de utilizar sensores, radares y cámaras para circular solo. Por tanto, no sorprende que cuente con estos elementos para analizar carreteras, pasos de peatones, personas, objetos y todo lo que se pueda encontrar.
Incorporaría además una cámara 360 grados para ayudar con las funciones ya descritas así como otra clase de maniobras, como funcionan estas cámaras ya en la actualidad. Lo más llamativo es un display que estaría situado en el centro del parabrisas – donde se coloca en la actualidad el retrovisor central. En este display se mostraría información relevante al tráfico tal como las señales de tráfico de la carretera, información sobre la climatología, etc.
Samsung y la automoción
No es la primera vez que Samsung se aventura a realizar un diseño en la automoción, habiendo trabajado con muchas marcas. El pasado jueves 14 de enero anunciaba una colaboración con Audi, BMW, Ford y Genesis (marca premium de Hyundai) para ofrecer una llave digital con la serie de teléfonos móviles Galaxy S21. Después de todo, la conectividad es también uno de los puntos fuertes de los vehículos modernos y Samsung es puntera a nivel mundial. De hecho, ya lleva años trabajando con Harman en el diseño de habitáculos de los coches del futuro.
Aunque suene raro, no hay que olvidar que Samsung tiene su división de coches desde 1994, Samsung Motors, formada a la par que Samsung Commercial Vehicle. De esta etapa se recuerda sobre todo el espectacular prototipo SSC-1 presentado en el Salón del Automóvil de Seúl en 1997. Se trataba de un deportivo con motor central, el primero de origen coreano. Montaba un motor Nissan 2.5 V6 de 190 caballos, el mismo que el del Samsung SM5 de entonces. Utilizaba los faros del Nissan 300ZX Z32 (los mismos que llevó el Lamborghini Diablo en su restyling, nada menos) y tecnología de Infiniti. Se rumoreaba que también compartía elementos con el Venturi Atlantique, siendo dos deportivos similares. Por desgracia, no llegó a ser producido en serie.
En 1998 Samsung se asoció con Renault y dos años más tarde esta adquirió el 70% del accionariado de la división y desde entonces ha utilizado el nombre Samsung para vender modelos tanto en el mercado asiático como en el latinoamericano. Por ejemplo, los Renault Fluence, Talisman, Latitude, Captur o Koleos son rebautizados y modificados como Samsung SM3, SM6, QM7, QM3 o QM6. Todos ellos se benefician también de la alianza con Nissan, portando algunos de sus propulsores.
Pero, ¿para cuándo este habitáculo?
Por desgracia, no es un coche concreto que se encuentre en fase de prototipo o que todo esto se vaya a ver en un coche. Por el momento, en el futuro cercano, no. Esta es la visión que tiene Samsung de los habitáculos de los coches, que podría acercarse a lo que veremos… en 10, 20 o 30 años, eso sí.