Hace apenas unos días dedicábamos un artículo al mítico BMW Isetta. Un concepto radical de microcoche que logró tener mucho éxito en toda Europa. En parte gracias a su bajo coste de producción y adquisición y en parte gracias a su icónico diseño. Era ese extraño coche en el que se entraba por delante, el que utilizaba Steve Urkel en ‘Cosas de Casa’. En ese artículo afirmábamos además que a día de hoy, no se podría concebir un coche así con los estándares del siglo XXI.
Pero, ¿y si no se considerase a si mismo un coche? Es así, más o menos, como se presenta el Microlino. Literalmente es el sucesor del Isetta en el siglo XXI, tomando su diseño y sus formas más esenciales. A esto le añade, por supuesto, el nivel de tecnología que encontramos en la industria a día de hoy. Es la creación de Micro Mobility, una empresa centrada en soluciones compactas de movilidad. Se centra además en soluciones con propulsión eléctrica, siguiendo la norma cada vez más común en la actualidad.
Este vehículo a medio camino entre motocicleta y coche utiliza premisas similares a las del Isetta, un diseño de origen italiano. Se entra por la parte delantera para acceder a un compacto biplaza. No obstante, vemos detalles propios de coches modernos, tales como lunetas traseras calefactadas o cristales tintados. También llama la atención los ‘ojos de rana’ del coche: los faros delanteros están montados en los retrovisores en lugar del frontal…que es la puerta, evidentemente.
Características
Obviamente, Micro Mobility ha descartado utilizar motores de 250, 300 o 600 centímetros cúbicos como el Isetta de los años sesenta. En su lugar llega un propulsor eléctrico de 11 kW, es decir, unos 15 caballos de potencia. Es capaz de alcanzar los 90 kilómetros por hora, cifras cercanas a las del vehículo al que hace homenaje. El motor va montado en la parte trasera, junto al eje trasero que también hace referencia al coche original. En el Isetta, al llevar las ruedas tan pegadas, los ingenieros se ahorraban el coste y el peso extra de montar un diferencial.
Su peso en vacío es de unos 513 kilogramos, y es esta precisamente su gran baza. Al tratarse de un motor pequeño y un conjunto tan liviano, le permite realizar un buen número de kilómetros pese a no contar con una gran batería. Su autonomía base es de 125 kilómetros con una batería de ion litio 8 kWh. Si queremos la versión de autonomía extendida, hablamos de una batería de 14,4 kWh y 200 kilómetros de autonomía. En unas cuatro horas, ya sea en un Wallbox tipo 2 o en un enchufe doméstico, la batería está cargada por completo. Su maletero cuenta con un volumen de 220 litros cúbicos.
Precio
Lo que caracterizaba al Isetta original era que, frente a muchos coches de la época, era muy barato. Convertido a euros, un Isetta recién salido del concesionario costaría menos de 3.000 euros. Ahora bien, el Microlino es algo más caro. La versión de base, sin autonomía añadida y batería mejorada, está disponible por unos 12.000 euros. Aún así, las reservas están dando un feedback positivo. Según cifras de mayo de 2021, ya se han reservado más de 22.000 unidades.