La historia de los parabrisas es casi tan antigua como la del propio automóvil. Comenzaron a aparecer en las primeras décadas, cuando empezó a popularizarse el invento. De hecho, cuando de verdad llegó como algo estándar fue con el Ford T, un coche hecho para que los propios empleados de Ford y el resto del pueblo pudiera permitirse tener un vehículo.
Al principio los parabrisas tenían mala fama, llamados ‘collares de cristal’. No eran cristales laminados, por lo que estallaban en mil pedazos en caso de accidente. Tampoco había aún cinturones de seguridad, siendo este un invento muy posterior. La tecnología de cristal laminado, que se descubrió por azares de la vida, llegaría un poco más tarde, después incluso que el limpiaparabrisas. Al igual que el resto del automóvil, la tecnología de los parabrisas y las lunas fueron evolucionando de manera paulatina.
Oldsmobile ya incluía parabrisas en todos sus coches de serie en 1915, pues aunque el Ford T lo llevaba desde 1908, era elemento opcional. Ford ofrecía juntos el parabrisas, el velocímetro y faros. Para el primer parabrisas laminado de serie hubo que esperar a la efímera marca Rickenbacker en 1926. En 1924 Lincoln ofreció a la policía varias unidades de su Police Flyers, montando un parabrisas a prueba de balas. Estaba fabricado con vidrio y policarbonato y medía 2,5 centímetros de grosor.
Ahora bien, hoy día los parabrisas se caracterizan por tener una cierta curvatura. Esto presenta varias ventajas, entre ellas la aerodinámica y la estructural. Ahora bien, ¿cuándo empezaron a verse los primeros coches con parabrisas curvos? ¿Y los parabrisas panorámicos?
Parabrisas curvos: Chrysler
Al principio de los tiempos, los parabrisas eran láminas rectas. Lo que se hacía era utilizar o una o dos láminas rectas, viéndose en muchos modelos de los años veinte parabrisas de dos piezas. Se unían en el centro, en un pilar, mientras que los limpiaparabrisas eran enfrentados, moviéndose en direcciones opuestas.
El cambio en este sentido llegó de la mano de Chrysler, una de las grandes marcas en la industria tanto en Estados Unidos como a nivel mundial. En su Airflow Custom Imperial 8 de 1934 vimos el primer coche del mercado con parabrisas curvo. Además de estar en consonancia con las líneas curvas de la época, marcó tendencia. Tanto, que el parabrisas de dos piezas se quedó como cosa del pasado casi de inmediato.
Parabrisas panorámicos: GM LeSabre prototipo
Llegada la década de los cincuenta, superada la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ya estaba construyendo su estatus de superpotencia. De allí venían imágenes de vehículos espectaculares, mucho más grandes e imponentes que los pequeños utilitarios europeos. Si bien estos utilitarios fueron los que de verdad sacaron adelante la economía de diferentes marcas. General Motors, entonces en una gran época, sacó un prototipo muy particular.
Se trata del LeSabre de 1951, el coche con el primer parabrisas panorámico del mundo. En lugar de detenerse la pieza en el pilar A, este estaba en una posición más retrasada. La pieza de cristal giraba en la esquina del propio coche. De esta manera, se ofrecía una visión mucho más amplia y libre a los dos ocupantes del LeSabre. Además de la propia libertad que ya de por sí irradia un deportivo descapotable americano.