Las luces de emergencia, cuatro intermitentes o warnings, las hemos utilizado todas las personas que han circulado una vez. Para diferentes usos o situaciones, su activación es común, pero ¿lo hacemos de manera correcta? A nivel de seguridad son un elemento muy valioso, pero hay que saber como y cuando activar ese botón rojo con símbolo triangular del coche.

Su función principal es hacer el coche y, por tanto a nosotros mismos, más visibles en la carretera para otros conductores. De este modo, ante cualquier tipo de incidencia u ocasión fuera de lo habitual, a mayor visibilidad menor es el riesgo de accidente. Ahora bien, también hay usos incorrectos de las luces de emergencia. El más común es aparcar el coche en doble fila o en zona prohibida (como en un vado) con los warnings activados. Por un lado eso no exime de multa si las autoridades pertinentes lo creen necesario. Por otro, si uno se deja las luces mucho tiempo estará gastando la batería de su coche.

El uso correcto de los cuatro intermitentes

Son varias las situaciones en las que utilizarlos es la opción óptima, muchas de ellas orientadas y relacionadas con la seguridad y la visibilidad. He aquí una lista de circunstancias en las que utilizarlos. En general, se trata de alertar a otros conductores acerca de peligros temporales.

  • Caso de retención en una autovía o autopista. En tramos donde el límite de velocidad se estipula entre 100 y 120 kilómetros por hora, pero se circula por algún motivo a una velocidad mucho menor. Entre las posibles causas, un accidente delante o algo que bloquea el paso.
  • Humo, polvo o algún elemento en suspensión que dificulte la visión a la hora de conducir.
  • Cerca de un vehículo de emergencias que tenga que pasar. Si viene detrás un vehículo policial, ambulancia o camión de bomberos, para avisar de la maniobra extraordinaria que les facilitará el paso.
  • Distracciones dentro del vehículo. Si ocurre algo, como un insecto siendo molesto o niños revoltosos en los asientos traseros, que pueda impedir la conducción.
  • En caso de avería. Si algo le ocurre al coche, es preciso activar las luces de emergencia y parar el coche en el arcén de modo que no estorbe.
  • Problemas de salud. En caso de que de manera repentina el conductor se encuentre mal, tenga un ataque de tos o dolores, se detiene en el arcén y se llama al servicio de emergencias en caso de que sea pertinente.
  • Después de un accidente. En caso de choque se deben encender para alertar de un peligro. También sobre todo con la idea de que no se produzca un accidente múltiple por alcance trasero.

En caso de se realice una detención en el arcén por alguno de estos motivos, lo ideal sería no solo encender las luces, sino colocar también los triángulos de señalización. Se trata de una gran medida de seguridad ya que nos hace más visibles. Una alternativa a los triángulos son dispositivos como las luces Help Flash de emergencia autónoma.