Ojalá no nos pase a ninguno, pero es cierto que la probabilidad existe. Estar en un viaje cualquiera, sea de trabajo o por ocio, cuando ocurre lo que menos nos esperamos. Un objeto a gran velocidad, una sacudida que no teníamos prevista o cualquier situación similar. Cualquier causa que lleve a que se agriete, fisura o parta el parabrisas. En estos casos, no entres en pánico (en la medida de lo posible). La luna delantera es un cristal laminado, de modo que los pedazos, aunque se rompan, no irán hacia ti o nadie dentro del habitáculo. En su lugar, se quedarán pegados a la lámina que la sujeta. Ojo, que con los cristales laterales o la luneta trasera esto no ocurre ya que son cristales templados.
Existen diversas causas que pueden propiciar este susto de grandes proporciones. La más común es la de un objeto que golpee con la fuerza suficiente como para romper la estructura del cristal. Un ejemplo común es una piedra que salga despedida o que lance otro coche en la vía al pasar sobre ella. Otro es el granizo, como ocurre en algunas partes de España incluso en el mes de junio. Así pues, ¿qué hemos de hacer en estos casos?
Primero, parar
En la mayoría de los países, conducir con un parabrisas roto puede ser sanción de multa, siendo España un ejemplo de ello. Incluso donde no sea motivo para atraer a las fuerzas del orden, sigue siendo una situación muy peligrosa. Hay que recordar que el parabrisas es el elemento que nos protege de las inclemencias del tiempo, de objetos extraños que puedan estar en suspensión en el aire, etc. Asimismo, en caso de accidente con vuelco, el parabrisas es lo que sostiene al techo para que no se nos hunda encima.
Por tanto, lo lógico si se nos rompe el parabrisas en plena marcha es no continuar. Detente en cuanto encuentres un sitio propicio para ello. Un aparcamiento, una vía de servicio o algo similar. Si no lo hay, busca un lugar en el arcén donde no sea peligroso y enciende de inmediato los cuatro intermitentes.
Inspecciona los daños
Una vez estés detenido en un lugar seguro y puedas salir del coche, revisa los daños en el cristal. Saca fotos con tu móvil desde ángulos diferentes, tanto desde dentro como desde fuera del coche. Recuerda todo lo que puedas sobre el momento en el que se ha roto el parabrisas. Anótalo si es necesario, en un bloc de notas o tanto escrito como un audio en el móvil. Todo esto será muy importante a la hora de contactar con tu aseguradora más tarde.
Transporte alternativo
Debes seguir la marcha, pero no en tu coche. Si tienes la posibilidad, avisa a un amigo, familiar o alguien relacionado. Si no, pide un servicio de transporte, pues igualmente deberán recoger el coche para que no se quede en la vía.
Pide cita previa para una sustitución de parabrisas
Tan pronto puedas, organiza un día y hora para poder llevar el coche a un taller especializado en reparación y sustitución de parabrisas. Existen diferentes empresas y grupos con redes de talleres que se extienden por toda la geografía española. De este modo no tendrás que desplazarte grandes distancias para poder contar con un parabrisas nuevo para tu coche. Además, estas empresas utilizan materiales de primera calidad, del mismo nivel que los originales que trae el vehículo de serie.
0 comentarios