A lo largo de la historia se han buscado diseños que han marcado la evolución del automóvil, perfeccionando el invento o revolucionando conceptos. Desde la posición de los pedales, el diseño de las cajas o palancas de cambio, de los tipos de carrocería…ha habido de todo. Incluso en las puertas, teniendo hoy día coches de dos, tres, cuatro o cinco puertas. Pero, ¿y coches sin puertas? Pues también han existido. ¿Por donde entras en un coche sin puertas? La respuesta es…por el parabrisas. El ejemplo de ello es el Lancia Stratos Zero.
Este coche no era un coche corriente, de hecho fue un prototipo de hace más de medio siglo. En 1970 Marcello Gandini, pese a su juventud, se había ganado ya un nombre tras entrar en el estudio Bertone. Ya había diseñado uno de los mejores deportivos de la historia: el Lamborghini Miura así como el Alfa Romeo Carabo. Pero con el Stratos Zero fue al siguiente nivel. Este coche, pese a contar con un pequeño motor 1.6 de cuatro cilindros (de un Lancia Fulvia) y 132 caballos, es especial. Se considera uno de los coches más bonitos de la historia.
Entrando desde el parabrisas
Estamos también ante un coche inusualmente bajo. De hecho, apenas alcanzaba los 84 centímetros de altura. Contaba con un perfil en forma de flecha y los ocupantes no iban sentados en los asientos, sino tumbados. Era un diseño transgresor, que marcó un antes y un después en la industria del automóvil.
En el Stratos Zero, lo que se propuso al mundo fue entrar desde el parabrisas, que se abría y cerraba con unas bisagras a un lado. Se accedía a un habitáculo biplaza, ya que hablamos de un deportivo muy comprimido. Para que el conductor se pudiera sentar en su asiento, primero había que doblar la columna de dirección. En los laterales también había ventanillas laterales, pero eran fijas ya que no había puertas. De hecho, estas ventanillas llegaban hasta el suelo, una idea que recogería casi medio siglo después otro coche brutal: el McLaren Senna.
Herederos de primer nivel
El Stratos Zero se quedó como un prototipo, pero sirvió de inspiración a otros grandes modelos de la historia del automóvil. Para empezar, Lancia haría algunos cambios para convertir el Stratos en un espectacular modelo de producción en serie, también diseñado por Gandini. Pero sobre todo, el Stratos fue un genial coche de rallyes, dándole a Lancia varios títulos de marcas en los albores del Mundial de Rallyes. El Stratos montaba un motor V6 Dino procedente de Ferrari. Un coche que sigue siendo reverenciado hoy día si aparece en una convención de históricos o un rallye de históricos. Aunque no se entraba por el parabrisas, sí que tenía un parabrisas muy amplio que facilitaba la visibilidad a sus ocupantes.
Pero quizás el coche que más heredó del Stratos Zero no fue el Stratos, sino otro que vino más tarde. A Bertone se le encargó también el diseño del sucesor del Miura, un coche que le superase en todos los sentidos. Cuando Gandini mostró sus bocetos, en Lamborghini exclamaron “¡Countach!”. Aunque realmente la palabra significaba ‘plaga’ o ‘contagio’, en el dialecto piamontés es el piropo que se dice a chicas de muy, muy buen ver.
En el Salón de Ginebra de 1971 se presentaría el prototipo del Countach (llegando por los pelos, eso sí) y el público quedó enamorado del brutal diseño. Este coche salió al mercado poco después y se convirtió en un auténtico símbolo, permaneciendo durante muchos años activo con mejoras y versiones especiales antes de que apareciera su verdadero sucesor, el Diablo, ya en la década de los noventa.
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