Es obvio que para muchas empresas, este 2020 ha sido un año muy complicado en lo que se refiere a mantener las finanzas. Los estragos de la pandemia del coronavirus así como sus efectos colaterales han impuesto muchas restricciones que afectan de manera negativa. Ya no solo los meses de confinamiento, que han paralizado el mundo y la economía, sino las restricciones que han afectado a la cadena de suministros así como a los plazos de entrega de materiales a los clientes. Pero las empresas fabricantes de cristales tienen problemas aún más importantes aún. Este problema, según medios como USG Paul, es… contratar nuevo personal cualificado.
Independientemente del coronavirus o de otras situaciones, a veces es complicado encontrar personal nuevo capaz de realizar toda clase de sustituciones. Ya sea trabajar en condiciones complicadas o levantar planchas de cristal de gran tamaño, no es un trabajo con mucha demanda. Aún así se trata de una tarea vital, pues es gracias a los profesionales del sector que se fabrican toneladas de cristales para nuestros vehículos.
Una idea que ha funcionado en Estados Unidos es la de ofrecerle un bonus de salario a un trabajador que haya traído a un nuevo empleado a la fábrica. Si la nueva incorporación da resultados satisfactorios en tres meses, se remunera con un extra al trabajador que lo ha atraído. Este se encarga de tutelarle y a cambio recibe una bonificación cuantiosa, de por ejemplo 1.000 euros. Se trata de invertir en el propio plantel de empleados, de crear fidelidad entre ellos y la fábrica.
La importancia de tener un programa de aprendizaje
Ahora bien, esta opción sería a menor escala. Una idea a mayor escala sería, como también se ve en otros sectores, empezar con un programa de aprendizaje para nuevos ‘reclutas’. Es decir, contratar a varios trabajadores con un programa de iniciación para que vayan situándose en la industria, con gente cualificada para enseñarles el negocio en unos meses.
Existe también la posibilidad de que se les enseñe también en otros aspectos además del proceso de fabricación de cristales. Por ejemplo, unos meses dedicados a la parte comercial del negocio. Lo importante es que se invierta en ellos, que se les revise al final de cada mes y se vaya escogiendo quien de verdad puede hacer crecer la compañía. No todos los que entren al programa se van a quedar, como es lógico.
Ya sea centrarse en el horno o en el apartado comercial o el informático, entrenar nuevos talentos es esencial. Puede ser la manera de encontrar nuevos profesionales en tiempos tan complicados por el coronavirus así como dar con sustitutos por el motivo que sea. Otra propuesta que se lanza es la de buscar nuevos talentos cada seis meses, si la empresa lo cree necesario para su plantilla.
En definitiva, invertir en los trabajadores y su formación y cualificación es de sumo interés para una empresa. De la misma manera que se cuida un nuevo producto o se invierte en publicidad u otros elementos, se ha de cuidar al personal. Ya sea para una empresa pequeña (familiar), mediana o con más de 50 empleados en nómina.
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