En el mundo industrial a menudo vemos como algunos tipos de lesiones son muy frecuentes, en particular las que afectan a las manos. Una de ellas es el síndrome de vibraciones en manos y brazos, conocida por sus siglas en inglés HAVS. Este síndrome aparece tras una exposición continua a las vibraciones constantes de la maquinaria o trabajos manuales que vemos en el ambiente industrial. Desde hace varios años, ya a principios de este siglo, se han tratado de buscar medidas y regulaciones para proteger a los trabajadores. Aún así, vemos como en muchas fábricas y en concreto las que fabrican cristalería del automóvil algunos empleados la sufren. En primer lugar es un gran riesgo para ellos, además de que la empresa en sí puede exponerse a sanciones económicas importantes.
Como indica 3M, la exposición prolongada a las vibraciones tanto de trabajos manuales como de herramientas puede ser muy dañina para el cuerpo humano. En concreto, puede dañar los vasos sanguíneos, los nervios y los tendones tanto de los dedos como de la mano entera y la muñeca.
Estas lesiones pueden llevar a que se pierda sensibilidad en las áreas afectadas, pero también perder tanto fuerza como destreza. Si estas condiciones llegan hasta cierto punto ya es irreversible para la persona, perdiendo capacidades de por vida. Además, no solo hablamos de HAVS ya que también existe el riesgo de que aparezcan otras enfermedades. Entre ellas están lumbalgias, espondilosis, osteocondritis o artrosis. Como es lógico, a la hora de operar con el cristal, tanto en fábricas como en talleres con montadores, las manos sufren mucho. Es la parte del cuerpo más expuesta y vulnerable a muchas clases de lesiones.
Medidas de prevención
Para evitar que surjan casos de HAVS entre la plantilla, las empresas deben buscar y aplicar medidas adecuadas para ello. La fundamental está en las propias herramientas de trabajo, que reduzcan en la medida de lo posible las vibraciones que absorbe el cuerpo humano. Es importante que la herramienta tenga tanto el tamaño como la potencia adecuada para la tarea en cuestión. También hay que tener en cuenta la propia metodología de trabajo, llevar a cabo una que no pueda ser dañina o lesiva.
El producto abrasivo también hay que tenerlo en cuenta para reducir el riesgo de lesión o aparición del HAVS. Un abrasivo de alto rendimiento con una alta velocidad de corte permite que la tarea se complete en un tiempo más reducido. Si se usa un nivel de presión menor también ayudará a reducir los riesgos para los trabajadores.
Caso de Saint-Gobain
Incluso en algunas de las mejores empresas del sector a nivel mundial como es Saint-Gobain se han detectado casos de HAVS. Tres empleados desarrollaron HAVS, siendo diagnosticados en 2016 – ahora bien, uno de ellos había trabajado en la fábrica desde 1989 nada menos. Aún con el diagnóstico, uno de estos trabajadores continuó utilizando herramientas vibrantes sin las medidas necesarias para controlar los riesgos.
Entre las herramientas utilizadas se destacan las radiales (o amoladoras angulares), taladros de aire, amoladoras de husillo y, tiempo atrás, martillos neumáticos. Saint-Gobain fue llevado a juicio y el veredicto le llevó a pagar medio millón de libras por no evitar las lesiones por HAVS. Las empresas deben asegurarse con medidas efectivas de que sus trabajadores no estén riesgo de sufrir enfermedades de este tipo.
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