Mucha gente piensa en un parabrisas, así como en los cristales laterales o la luneta trasera como en algo muy simple. El cristal de delante, los de las ventanas y el de atrás. Sus funciones, mucho más allá de las primarias, son bastante más interesantes. Pero de hecho los cristales son capaces de hacer que un viaje en carretera sea más cómodo, plácido y sencillo de lo que muchos piensan.
En primer lugar, en otros artículos de MundoLuna ya se ha escrito acerca de las diferentes funciones que realizan, sobre todo en materia de seguridad. El parabrisas es un elemento estructural que soporta el peso del techo en un vehículo, sin ir más lejos. Además aguanta las tensiones que vienen de la propia carrocería, ya que está instalado entre soportes fijos. Ha de aguantar también las diferencias de temperatura que afectan tanto a su superficie como a la carrocería, que se dilata y contrae. Todos estos cristales conforman el 30% de la estructura de un vehículo, algo importante de entender para la seguridad de los coches de hoy en día.
También se ha escrito de como los parabrisas albergan elementos indispensables para el funcionamiento de los sistemas ADAS o ayudas a la conducción. Sensores y cámaras frontales se colocan en el parabrisas y, juntos recopilan información que tras analizarla con un procesador se transmite al conductor. Gracias a estos sensores o cámaras el sistema puede activar el módulo de acelerador, frenos o dirección en caso de que detecte un peligro inminente.
Rayos UVA
Además de albergar los elementos de los ADAS, que ya de por sí ayuda en el confort en carretera, los parabrisas desempeñan más funciones. La primera de ellas es la de proteger contra los rayos ultravioleta del sol. No son simples cristales (laminados en el caso del parabrisas) sino que tienen un grado de tinte, funcionando como unas gafas de sol. De este modo, aún estando horas de viaje circulando bajo el sol, no se provocan quemaduras por el sol. Por ello, si el conductor saca el brazo por la ventanilla, ese brazo en verano puede acabar moreno o incluso rojo.
Esta propiedad se multiplica en el caso de portar cristales tintados, los cuales pueden adquirirse bien de fábrica con un proceso de tintado o con láminas especiales. Es posible encontrar láminas para tintar cristales en casi todos los especialistas de cristales y parabrisas en España. De hecho, ellos cuentan con profesionales que en un corto espacio de tiempo completan el proceso por un precio competitivo y con láminas homologadas. Entre sus ventajas, no solo protegen más de los rayos UVA, sino que también reducen la temperatura del interior al bloquear los rayos del sol.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que en condiciones normales solo se deben tintar los cristales laterales traseros o la luneta trasera. Tintar el parabrisas o los cristales laterales delanteros conlleva motivo de sanción económica además de no pasar la ITV. Solo se permite en casos concretos, por ejemplo que el interior viaje algún paciente de lupus cuya piel es más susceptible al sol. También se permiten en casos como vehículos oficiales y similares.
Sonido
Los parabrisas que traen los coches de fábrica cuentan no solo con cristales laminados, sino también con una capa de un material absorbente de sonido. Esto permite que el habitáculo del coche esté aislado del ruido del motor y todo lo que ocurre bajo el capó del vehículo. Todos los cristales originales incorporan este material en la actualidad.
Del mismo modo, cuando uno acude a un especialista en parabrisas o cristales, las grandes empresas en España cuentan solo con proveedores de primera calidad. Por tanto, el cristal de reemplazo contará también con este aislante del sonido, siendo de especificaciones idénticas al cristal que el coche traía de fábrica.
Por el contrario, existen parabrisas más baratos cuyo tamaño y forma son parecidos, pero no cumplen con las mismas condiciones. Estos cristales podrían no llevar material aislante de sonido – entre otras características – resultando en una marcha mucho más ruidosa y molesta de lo debido.
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