En la actualidad, cada vez son más los coches que incorporan techos de cristal entre las posibilidades de personalización. Hablamos tantos de techos solares como quemacocos o techos enteramente de cristal. El ejemplo claro de este último es el Tesla Model X, siendo el que lo ha puesto en voga de hecho. Ford también ha hecho algo similar con un rival directo, su nuevo Mustang Mach-E. Desde luego, los techos de cristal han venido para quedarse, siendo muy útiles para algunos casos de vehículos. No obstante, no son aptos para toda clase de situaciones…
Como ya hemos mencionado en otros artículos de MundoLuna, los techos de cristal no son una invención de hoy día. Ya existían coches en los años setenta que lo equipaban. Al principio eran un elemento más bien destinado al segmento Premium, pero poco a poco ha ido calando en coches más normales. Hoy día se pueden ver incluso utilitarios normales con techos solares, que permiten retirar una parte del techo para que entre la luz solar a través de una placa de cristal.
Aunque se ha visto en varios coches como los techos solares han dado problemas, no hay signos de que los techos solares estén en declive. Todo lo contrario, de hecho. Tampoco es cierto, como se ha rumoreado, que den problemas en coches eléctricos, dado que no hay una relación directa entre techo y propulsión.
¿Dónde no es ideal llevar techo de cristal?
El hecho de que un techo de cristal se pueda llevar en toda clase de coches no significa que toda clase de coches deban equiparlos. Es decir, según el uso que se le vaya a dar a ese vehículo. Por ejemplo, no se va a ver un techo de cristal a menudo en un coche descapotable dado que resulta redundante. En estos casos utilizan techo de lona o capota hardtop. También son más pesados y menos resistentes que los normales, por lo que tampoco tienen sentido por ejemplo en un Side by Side.
Otro ejemplo en el cual el techo de cristal no es la mejor idea es en todoterrenos, los modelos 4×4 puros y duros. A menudo, estos han de atravesar caminos arduos, ásperos o con muchísimos baches. Ni que decir tiene que todos estos baches que absorbe la suspensión son oscilaciones para todo el peso suspendido del vehículo. Y en la cima de todo ese peso suspendido está el techo. Por otro lado, estos coches también suelen llevar cargas voluminosas en el techo, fijadas por arneses o las clásicas bacas.
Ejemplos de estas cargas son canoas, remos, bicicletas de montaña…no es tanto un problema de elementos de peso como de elementos con zonas puntiagudas. De hecho, un techo de cristal debería ser capaz de aguantar impactos e inclemencias del tiempo hasta cierto límite (salvo granizadas fuertes, por ejemplo). Estas zonas puntiagudas pueden dañar con facilidad la superficie del cristal, llevando a que se raye o se produzcan fisuras. Si aún así se desea llevar techo de cristal, que sea con una cubierta que lo proteja por arriba.